El cine UDIB fue durante décadas
el cine más grande de Guinea Bissau, dejando de proyectar películas tras el
conflicto armado de 1998-1999. Todavía hoy los guineanos recuerdan las colas de
los grandes días de estreno, que según algunos llegaban hasta el puerto de
pindjiguiti.
El edificio se compone de dos
bloques contiguos sobre una calle en pendiente: en el lado inferior se
encuentra la sala de proyección, que en su día tuvo una capacidad aproximada de
mil espectadores, destacando por su techumbre curva que contrasta con las
líneas rectas de la fachada. En el lado izquierdo se encuentra un espacio
multiusos, popular entre los locales por ser lugar de celebraciones como bodas
y fiestas de graduación.
El calendario maya se adelantó
para algunos y el 2011 fue un año aciago para el UDIB. El cine, que pese a su
abandono seguía emocionando por su lenta decadencia, vio como retiraron sus
butacas para dejar espacio a una feria de productos iraníes. El salón de baile
ha sufrido una reforma que abusa del aluminio azul en las ventanas y los
cristales tintados, persiguiendo una imagen high-tech afrotropical que rompe violentamente la armonía del conjunto.
Como triste consuelo, el bar
exterior del cine ha vuelto a funcionar, lo que nos da la oportunidad de
degustar una caipirinha local y soñar que hacemos tiempo para la próxima película.
Estoy aqui! En este momento...diez pasos de este edifcio increible!!! El Udib!! Tan lindissima!!!
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